Nueve meses antes de Navidad celebramos la encarnación del Hijo de Dios, que san Lucas describe en el anuncio del Arcángel Gabriel a la Santísima Virgen, al comunicarle que será la Madre de Dios.
Toda la liturgia del día de hoy está coloreada por las palabras del salmista, que la carta a los hebreos pone en labios de Cristo al llegar al mundo: "Aquí estoy, Dios mío: vengo para cumplir tu voluntad".