Quien ama se entrega, en el espíritu de Hermanas Benedictinas de la Divina Providencia, de confianza y abandono en la Divina Providencia. con el apostolado de acoger, asistir y educar la infancia y adolescencia en condición peligrosa y riesgo de vida, también sin descuidar de los ancianos y enfermos.
En el año 1990, llegaron las primeras hermanas tierra paraguaya y se encontraron con la necesidad mayor y urgente de la época y continua siendo hasta hoy: LA ATENCIÓN POR LOS ANCIANOS.
Buscando responder al llamado de Dios sin desviar del carisma de la Congregación, que esta comunidad del Hogar de ancianos San Agustín ha iniciado desde el 14 de abril de 1990. desde aquella fecha recibe y
asiste a los adultos mayores en condiciones delicadas y abandonados por sus familiares. también reciben a personas incapacitadas físicamente.
En otros tiempos han albergado a niñas y jóvenes en situación de riesgo y peligro. Todo esto hace parte del plan
específico de la congregación.
Actualmente, cuenta con 40 ancianos. A cada uno de ellos, las hermanas buscan devolverles su dignidad y su valor, dándoles amor evangélico que todo ser humano merece. Para cumplir con lo propuesto por la Congregación, existen personas solidarias, generosas y de buen corazón que saben compartir con los hermanos indigentes. Dios se hace presente en la vida de los hijos, amados por Él.
Jesús dice: “Quien recibe a los pequeños y pobres, a mí me recibe...” Con esta confianza, nos ponemos en las manos de Dios Padre Providente, haciendo de nuestras vidas, un prolongamiento de su Providencia en estas personas, que son olvidados de la sociedad.
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