Parroquia Ntra. Sra. de Caacupé
CAPITAL ESPIRITUAL DEL ALTO PARANÁ
Fuente: CEP
Todo el
Año 2020 será año de la Palabra de Dios, en coincidencia con la recordación de
los 50 años de la Federación Bíblica Católica y los 1600 años de la muerte de
San Jerónimo, gran traductor de la Biblia.
Año de la Palabra de Dios, Tiempo de gracia.
Como
fruto del discernimiento de los Obispos, queremos convocar a todos los fieles
católicos del Paraguay, a inaugurar el “Año de la Palabra de Dios”. En la gran
fiesta de la Virgen de Caacupé, junto a Ella que escuchó y acogió el Verbo que
se hizo carne, queremos comenzar juntos el año pastoral dedicado a la Palabra
de Dios.
El año
2020 incluye la feliz recordación de los 50 años de la Federación Bíblica
Católica y los 1600 años de la muerte de San Jerónimo, traductor de la Biblia,
quien nos advierte que “el desconocimiento de la Escritura, es desconocimiento
de Jesucristo”. Nos alegra y motiva este tiempo de gracia en que nuestra
Iglesia vuelve a fortalecer su amor a la Palabra y concentra su mirada en la
Sagrada Escritura que alimenta nuestro espíritu y nos introduce en la sabiduría
divina.
Invitamos
a todo el pueblo, todas las parroquias y capillas, todos los grupos y
movimientos y a las familias a abrir la Biblia, leer juntos algunos pasajes de
la Palabra de Dios y compartir lo que el Espíritu Santo les inspira. La lectio
divina realizada de esta manera nos hará arder el corazón y será fuente de vida
y compromiso cristiano. ¡Que cada familia tenga una Biblia! ¡Que resuene cada
día la Palabra de Dios en todas partes! ¡Que se la anuncie para todos! ¡Para
los lejanos y para los que han perdido el entusiasmo de la fe, para la gente
sencilla y para los ilustrados; en las cárceles, en el campo, en las oficinas,
en las plazas, en las instituciones educativas y en las diversas comunidades
eclesiales, ¡en las empresas y en las instituciones públicas!
El camino
de los discípulos de Emáus ha sido siempre para la Iglesia un ícono de su
propio camino. Ante los muchos desafíos de la misión, necesitamos volver a
avivar el fuego, que sólo Cristo es capaz de encender en los corazones de los
discípulos. Por eso, el lema de este Año de la Palabra, tiempo de Gracia,
recuerda la experiencia de aquellos jóvenes discípulos del Señor: “Nos ardía el
corazón, cuando nos explicaba las Escrituras” (cf. Lucas 24, 32).
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