CARTA ABIERTA DEL
OBISPO DE CIUDAD DEL ESTE
CON MOTIVO DE LOS GRAVES ACTOS
OCURRIDOS EN CURUGUATY
CON MOTIVO DE LOS GRAVES ACTOS
OCURRIDOS EN CURUGUATY
Viernes,
15 de junio de 2012.
Señor
Presidente de la República,
Señores y Señoras Miembros del Congreso Nacional,
Señores y Señoras Miembros del Poder Judicial,
Apreciados fieles y ciudadanos:
Señores y Señoras Miembros del Congreso Nacional,
Señores y Señoras Miembros del Poder Judicial,
Apreciados fieles y ciudadanos:
Nuestro
país y nuestra Diócesis de Ciudad del Este, que comprende la zona de Curuguaty,
han sufrido hoy una gravísima tragedia. Comparto con todos ustedes el lamento
por los numerosos muertos y heridos que han caído, y también, la honda
preocupación por la crisis humanitaria y política que se ha producido en el
país.
Los
Obispos del Paraguay nos hemos ya pronunciado por medio del mensaje de la
Conferencia Episcopal. Pero como Obispo de la Diócesis, directamente afectada,
nos toca asumir, como Iglesia local, las tareas y funciones que puedan ser
necesarias para servir a la causa de la paz y de la concordia desde la esfera
espiritual a la que pertenecemos.
Por
lo tanto, además de la presencia habitual del párroco y los sacerdotes
destinados en la zona, he decidido enviar de inmediato al Vicario General y a
un equipo de la Diócesis para ayudar en la atención espiritual y humanamente a
los directamente afectados, así como organizar la celebración de la Santa Misa
por los difuntos y heridos, y elevar oraciones públicas para pedir por la paz,
la reconciliación y la promoción de la justicia en el amor.
No
sólo es imprescindible poner término a los actos de violencia. También hay que
resolver las causas que han producido esta tragedia. Algo que no hicieron ni el
Presidente de la República ni el Congreso de la Nación. Me refiero tanto a las
graves injusticias sociales que padece nuestro país como a la
instrumentalización ideológica y política para crear violencia y desórdenes mayores.
Esta
no es la hora para que partidismos irresponsables busquen sacar réditos
políticos. Ante la tragedia sufrida debemos cada uno asumir el rol que nos
corresponde y colaborar para superar definitivamente los causales de tanto mal.
La situación ya es lo suficientemente funesta como para agravarla por actos o
declaraciones que lleven por caminos de inestabilidad institucional política.
El estado de derecho –de los derechos de todos– es lo que tenemos que promover
de forma conjunta, dejando de lado actitudes partidistas y negligentes, cuando
no cómplices y promotoras de lo que ha ocurrido.
Como
Iglesia, lo repito, nos ponemos al servicio del bien de todos desde el
ministerio espiritual que el Señor nos ha confiado como pastores, pero también
desde las responsabilidades políticas y sociales que les toca asumir a los
fieles laicos.
Que
Dios nos ilumine y nos ayude a transformar esta verdadera tragedia en una
ocasión de conversión y de cambios auténticos. Les hago llegar la bendición de
Dios a todos, en especial a las familias de los difuntos, a los heridos y sus
familiares, y a la población de Curuguaty.
Mons. Rogelio Livieres
Obispo de Ciudad del Este
Obispo de Ciudad del Este
PS:
Pido que esta declaración se lea mañana, sábado, y el domingo en todas las
Misas de la Diócesis, y que este domingo se celebre la Santa Misa por la paz y
la vida, y el lunes por las almas de los difuntos y la salud de los heridos.
SE
RUEGA DIFUSIÓN - ¡Muchas gracias!
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