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viernes, 4 de marzo de 2011

SAN JUAN CALABRIA

"Campeón de caridad evangélica"
Vamos a conocer un poco la vida de este santo.



¿Quién fue el P. Juan Calabria?
Fue un simpático sacerdote veronés, fallecido hace 45 años, que amaba mucho a los niños. El papa Pablo VIº lo definió de esta manera: "Don Calabria es uno de los sacerdotes más singulares de nuestro siglo. Un hombre entregado a la caridad de un modo que podría decirse paradójico, confiando en la divina Providencia, viviendo en la pobreza y en una caridad maravillosa".
¿Cómo hizo, siendo joven aún, para conocer su camino?
Haciendo la caridad a los más pobres, rezando mucho y confiando en un sacerdote amigo. Pero sobre todo poseía un secreto que puso en práctica intensamente y que intentó infundir en los demás: vivir abandonado en Dios Padre, no sentirse nunca solo, aun en los momentos tristes, porque Dios nos lleva de la mano.

¿Qué hizo para llegar a ser sacerdote?
Vivió el Evangelio cada día. Rezó y ejerció la caridad con los hermanos. Aunque no era brillante en los estudios, su bondad era tan evidente que los superiores lo admitieron al sacerdocio, declarando: "Hemos admitido a muchos inteligentes. ¡Vamos a admitir a uno bondadoso!"

¿Cómo nació la obra de don Calabria?
Era todavía un joven clérigo (estudiante de teología) cuando, volviendo a su casa en una fría noche de invierno, encontró en la puerta a un niño asustado que se había escapado de quien lo golpeaba y explotaba. Esa noche cedió su cama al niño y fue a dormir sobre unas sillas, al lado de la cama de su madre.

¿Qué es la obra de don Calabria?
Es una familia religiosa, extendida en varios países, compuesta por hermanos, hermanas, sacerdotes y laicos que desarrollan una actividad de promoción humana, a servicio de los más necesitados. 

¿Cuál es el "mensaje" de san Juan Calabria?
Ver todo con los ojos de la fe y con el corazón del Evangelio. Algunos de sus pensamientos:
Debemos ser "Evangelios vivientes", éste es el único modo de salvar a la humanidad.
O se cree o no se cree, y si no se cree, rompamos el Evangelio.
Es preciso amar a los pobres del mismo modo que amamos a Cristo.
Es preciso vivir el Evangelio no en teoría, sino en práctica.
Acérquense a los niños como si fuera a Jesucristo.
Es en los pobres que Jesús sigue viviendo con nosotros.
Mira el rostro de Cristo en el pobre que encuentras.
Debemos ser "Evangelios vivientes" y no seguir la lógica de los que dicen y no hacen.
Bajo cualquier apariencia nuestros niños son la gran obra prima del amor de Dios.
Nuestra riqueza, nuestro verdadero patrimonio, se apoya solamente en el Evangelio vivido y practicado.
Esta noche descubrí el Evangelio...
Narra Monseñor Chiot: "Un día recibí un billete de don Calabria: ‘Tengo urgencia de hablar contigo’. Subí de inmediato a san Zeno in Monte y le pregunté preocupado: ‘¿Qué pasó? Tu mensaje me dejó inquieto.’ Don Calabria me respondió feliz: ‘Tengo algo grandioso que contarte... ¡leí todo el Evangelio!’ ‘¿Todo? ¿Y qué? - pregunté atónito - ¿Qué sacerdote no leyó todo el Evangelio?’ ‘Sí, sí. Yo también lo leí y prediqué tantas veces. Pero la otra noche, después de un día difícil, tomé en las manos el Evangelio y lo volví a leer durante toda la noche. Quedé impresionado, admirado, aturdido. ¡Qué cosa tan grande es el Evangelio!... Escucha, escucha... - y pasaba las páginas deteniéndose donde había subrayado con el lápiz - Oye: <<No se preocupen por la comida... No se angustien por la ropa... No se preocupen... El Padre sabe... se ocupa...>> ¡Dios es nuestro Padre!’ Pasaba y repasaba aquellas páginas poseído de fervor espiritual. Había subrayado con trazo fuerte las "paradojas" del Evangelio, así llamadas porque están en antítesis con la lógica del mundo. Parecen imposibles, irrealizables. Pero no para los santos. La paternidad de Dios lo había conquistado profundamente. Era la "conversión al Evangelio" que guiaría toda su vida".

 ¿Cómo realizó en la práctica esta conversión?
San Juan Calabria amaba decir frecuentemente: "Todas las palabras del Evangelio son consagratorias". Esto significa que si nosotros creemos en las palabras de Jesús... "Éste es mi cuerpo y ésta es mi sangre", debemos creer con la misma fe y certeza en todas las palabras de Jesús – como por ejemplo:
No se angustien... no se preocupen... el Padre se ocupa de ustedes.
Quien recibe a un niño como éste me recibe a mí.
Estaba con hambre y me alimentaste.
En la fe radical de don Calabria, sentir la presencia de Cristo en la Eucaristía y en el pobre era la misma cosa.
"Lo hicieron a mí" son palabras consagratorias.
"Amen también a sus enemigos" son palabras consagratorias.
"Ayuda al prójimo, a tu hermano" son palabras consagratorias.
"Háganlo todo sin esperar recompensa" son palabras consagratorias.
No se trata del décimo primer mandamiento, trátase del mandamiento "nuevo", el del nuevo Testamento, el que perfecciona toda la Ley. Para los que quieren seguir a Cristo es el único mandamiento... ¡el nuevo mandamiento los resume a todos! 

¿Cómo traducía la fe en la vida?
Fruto de la fe de don Calabria es esta afirmación: "El que cuida a los enfermos no necesita ir a la iglesia para encontrar a Jesús. El enfermo es la imagen viva de Jesús que sufre". Es la traducción literal del capítulo 25 de Mateo. Él ponía en práctica esta certeza del Evangelio a cada momento con su fe profunda. 
Era joven aún cuando llevó para su casa al pequeño gitano asustado y le cedió su cama. ¡Porque era Jesús!
Como vicario en la Iglesia de San Esteban se ocupó de los pequeños limpia chimeneas que bajaban de las montañas en los meses de invierno, solos y a merced de los aprovechadores. ¡Eran Jesús!
Pasando por la calle que lleva a Porta Borsari daba siempre unas monedas a un viejo mendigo, viendo la presencia de Jesús en el hermano pobre. Al superior de una casa que le explicaba las grandes dificultades económicas que estaba atravesando, después de reflexionar un instante, don Calabria respondió: "Aquí se comprueba la solicitud de la Providencia. No tengo nada más que decirte, te doy un millón" - y le confía un niño abandonado. Era Jesús.

A los hermanos del hospital de Negrar, entregándoles un niño con problemas síquicos, les dice: "Cuídenlo con amor. Éstos son nuestros tesoros, nuestros millones". Era Jesús. 
¿Quiénes son los religiosos que trabajan en las casas de don Calabria?
Son hermanos, sacerdotes y hermanas que entendieron el mensaje de amor del Evangelio y quieren vivirlo como lo hizo san Juan Calabria, en la caridad, en la confianza en Dios Padre y en el amor a los más necesitados. Son ayudados por laicos que viven el mismo espíritu.

 ¿Dónde se encuentran estos religiosos?
Están en Italia, Uruguay, Brasil, Argentina, Colombia, Angola, Filipinas, Rusia, India y Rumania.  

¿De quienes se ocupan los hijos de San Juan Calabria?
Don Calabria quiso bien a todos. Su amor a los pobres es infinito. La obra que Dios Padre le confió es un regalo para los niños en dificultades, para los ancianos, para los "niños de la calle", para los enfermos, para los jóvenes marginados, para los leprosos, los minusválidos, los drogados... Desarrolla actividades en los hospitales, parroquias, leproserías, cárceles, casas de espiritualidad, escuelas, centros profesionales, centros de recuperación para tóxicodependientes, centros vocacionales, seminarios, centros de ayuda a las familias, casas para menores, un centro ecuménico, ayuda a las personas con problemas laborales y sociológicos, casas de oración, actividades de promoción social, etc. 

¿Se puede colaborar con la obra de don Calabria, sin ser religioso?
La Congregación cuenta con la "Familia de los Hermanos Externos", que integran la obra querida por don Calabria. Son personas, hombres y mujeres, que viven el espíritu de don Calabria, asumiendo un compromiso particular de vida, viviendo en las actividades normales y en las propias familias.

"Asociación de los Ex Alumnos". Forman parte de ella los que vivieron en la obra de don Calabria y quieren dar testimonio con la propia vida de lo que vivieron.
"Spazio Fiorito". Es un grupo de jóvenes y familias que a través de actividades espirituales o sociales, son levadura del espíritu evangélico y testigos de la espiritualidad de la obra.
U.M.M.I.: Unión de Médicos Misioneros Italianos. Son grupos de médicos que actúan en los países de desarrollo, a través de hospitales, centro de asistencia médico sanitaria, cooperación con el voluntariado internacional, envío de productos farmacéuticos, auxilio sanitario, formación de personal médico y de enfermeros.
"Asociación de Voluntarios Francisco Pérez". Está compuesta por todos los que realizan obras de caridad en forma gratuita dentro de la obra.
El voluntariado es una de las formas más hermosas de ponerse al servicio de Cristo en nuestros hermanos, demostrando la gratuidad del amor.

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